sábado, 18 de noviembre de 2017

HACIA UNA DANZA PROPIA 5 /10


Estéticas marginales

Los nombres de la danza y las formas de control.  Sobre el acto creador, la coreografía y las formas de reconocimiento.

En el hacer diario asumimos el reto de distinguir cual es la forma más adecuada para el encuentro de la danza con el espectador. Normalmente decidimos esto a través de una nomenclatura referida casi siempre, a los espacios en que se lleva a cabo, los contenidos que en ella se vierten o inclusive el fin que perseguimos con dicha exposición ante el público.

Partiendo de la idea de que en su mayoría llamamos a las creaciones en danza Coreografías, podríamos pensar por decirlo así, que ésta es la unidad básica de medida que tomamos como referencia al hacer obras. Pero no siempre es así. De acuerdo a la relación con lo espacial y al uso de la improvisación como herramienta, algunos le llaman, por ejemplo, "Intervenciones".  Si la experiencia se da en un espacio diferente a un escenario y tiene un tema como prioridad o usa elementos, algunos le llaman "Performance", asociándolo a una forma concreta de expresión surgida en relación con las artes plásticas. Si la creación desde el cuerpo lleva inserta el uso de la palabra hablada, ya adquiere para algunos el adjetivo teatral, "Danza-teatro" o "Teatro físico".

Nótese que, en todas estas acepciones, la presencia de lo corporal queda disminuido ante la presencia de un elemento valorativo de otra índole diferente a la capacidad expresiva del cuerpo. Sin importar siquiera que este elemento, esté presente con la finalidad de potenciar dichas capacidades de expresión. En algunos casos podría llegar a pensarse que funciona como una posibilidad de ayudar al espectador a comprender la búsqueda del creador en cuestión, pero también podríamos llegar a pensar que esta obsesión calificativa, responde a un esfuerzo por contener las fuerzas constructivas del cuerpo que buscan otras formas posibles de manifestarse y que no se corresponden a una visión única de la creación en la Danza Contemporánea.

Dicho de otra manera, lo que se nos presenta algunas veces como un simple ejercicio creativo o propositivo desde la enunciación, puede ser una de las maneras más sólidas de control en lo académico/administrativo o en la forma dominante de las estructuras organizativas, para ejercer a discreción criterios que administran por mano propia, un juicio que sólo debería involucrar de manera directa la relación entre el creador y el espectador. La Coreografía como concepto es una unidad de medida distintiva e inherente a la creación en danza. Generadora de identidad como creadores asociados al cuerpo. Pero también, puede llegar a ser un método eficaz para contener los poderes creadores desatados desde lo corporal, una camisa de fuerza por así decirlo. Por eso es prioritario refrescar continuamente la discusión acerca del hecho coreográfico, preguntándonos acerca de su enfoque, quiénes lo hacen, donde se lleva a cabo y la manera más adecuada, según el caso, para mostrar estas experiencias a los participantes finales de la experiencia que son los espectadores.

En el caso de la creación periférica o marginal como ya enunciamos, más que una limitante, esta discusión representa un espacio de poder tomado desde la posibilidad de darse nombre a sí mismos, según sus intereses y necesidades de relación con su entorno más inmediato, ganando espacios para la Danza Contemporánea en general sin distingos. Ahora lo que sucede en la relación con el espectador es otro asunto, porque a través del hacer, estos espacios ganados adquieren criterios y ensayan sus propias posibilidades de establecer relación con el hecho danzado desde el reconocimiento.

Esta posibilidad se establece desde la perspectiva de crear nexos efectivos que garanticen la permanencia de la actividad y relaciones socio/afectivas, priorizando los valores de intercambio y reconocimiento. Es indudable el rol fundamental que tiene el cuerpo en movimiento en estas construcciones y la posibilidad que brindan en la elaboración de discursos. El reconocimiento juega un papel fundamental y las obras se manifiestan como el ejercicio de las posibilidades constructivas de los individuos que armonizan sus necesidades como creadores y las de su entorno. 

Rafael Nieves
HACIA UNA DANZA PROPIA
Reflexiones en torno a la danza y los saberes marginales

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