Miro tu cara y pienso, que la
vida ha sido buena. Que la danza es noble y nos contiene. Que nos forma, nos da
forma. Que hemos tenido tiempos buenos, tiempos malos, pero siempre tiempos de
danza. Que la vida es tiempo que pasa. Y que definir todo esto por separado es
mentirse o darle de comer a los malos espíritus que asechan con hambre. Que
como todo lo que crece se transforma. Que en las peores circunstancias, esas
que obedecen sobre todo a mi carácter, es decir incluso a pesar de mi, siempre
hemos podido.
Siempre hemos sido auténticos.
|
fotografía: David Grajales |
Hemos sido transformación y lo
celebro, porque nos ha traído fortaleza para lo que ha de venir. Acepta estas
palabras, dichas en nombre de los que se han alimentado de tus querencias y
celebremos juntos, este nosotros de salones de danza y hogares.
Voy a permitirme primeramente,
porque nos hablo, para ti y los amigos, elevar en mi mano una copa imaginaria
para brindar por tus logros, que es como decir nuestros. Sin ánimo de robar
protagonismo, sino como para no sentirnos solos. Este, tu premio imaginado, no
es sólo por tu danza que es hermosa, sino que va también por la vida y el amor compartido.
|
fotografía: David Grajales |
El tiempo nos ha regalado la
posibilidad de construir distintas cosas.
Una casa, una hija, la danza, gente
nuestra, ideas, valoraciones y cosas. Algunas más tangibles que otras, pero
todas reales. Los objetos tienen un valor de uso y uno de cambio dicen. Las
personas no. Y las ideas, por otro lado, las maneras de relacionarnos con las
gentes y los entes son otra cosa, porque se vuelven verdades, transforman
nuestro entorno. Y aunque a veces nuestras verdades no coinciden, brindo por
esa gran posibilidad en que te has convertido. Por cada opción que has tenido a
bien elegir. Este jurado imaginario piensa que si la vida ha sido buena, y ya sabes
que para mí, danza y vida son lo mismo, entonces la deliberación se hizo cuando
llegaste. Igual ya sabes, no soy en absoluto un jurado imparcial.
Cuando se decidió por la vida
que hemos hecho, nunca se pensó en la duración del recorrido, porque lo
importante era danzarla. Y por eso este premio. Que debería tener más cuerpo, más
sustancia. Pero es así, imaginario, de manera que podrás tú darle forma, tamaño
y alcance. Estuve consultando mis archivos y sorpresivamente he descubierto que
has tenido rol principal en casi todas las obras de un señor desconocido. Más
que ninguna otra. Eso es mucho tiempo, mucha dedicación. Si se tuviese que
pensar en algo coherente en sus obras, ejercicio estéril por demás, habría que
pensar en ti.
|
fotografía: David Grajales |
Ahora, lo que nos ocupa,
¿Cómo
valuamos la vida, cómo la tazamos?
Algún distraído podría pensar que llevo
mucho rato con el brazo levantado, con mi copa imaginaria. Pero este momento,
en que decido qué agradecer, qué celebrar, sí, soy redundante: pienso en la danza,
que es como decir vida. Será que hace falta que alguien nos llame y certifique.
Algún panel calificado en premios imaginarios, con copas imaginarias. Si lo
hay, a ver, ¿qué tiene adentro la copa? ¿Adónde se fue luego, cuando no lo
vimos más?
Sin embargo, no creo que
exista alguien más calificado para hacer este reconocimiento. Existen otros
renglones, pero para esos si no sé.
No me siento apto.
|
fotografía: David Grajales |
Miro tu cara y pienso que la
vida ha sido buena. Contigo, conmigo, con los nuestros. Que ha sido una vida
llena de danza y amor. A veces dura, a veces dulce. Que se ha transformado como
todo lo que crece y que finalmente nos llevará a donde tenga que ir tanto
esfuerzo. Por ahora me dedico a guardar silencio y a trabajar, a dejar que
ocurra lo acontecible. Eso que puede pasar cuando se vive. Otra cosa es acabar,
arrastrado por la corriente. Llevado por el rio, muerto en vida. Sin la
esperanza de alguna orilla que nos contenga, nos cobije. Así sea por un tiempo
imprevisible, insondable. Pero si llegara a pasar, si hallamos un remanso. Coloquemos
un mantel, sirvamos la comida y así podré elevar de nuevo mi copa imaginaria.
Como ahora, que es ayer. En este papel imaginario. Tiempo imaginario para mirar
tu cara, serenamente. Para celebrarte y pensar que la vida ha sido buena,
porque hemos sido, el tiempo que tuvo que ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario