lunes, 11 de julio de 2016

Celebración

Miro tu cara y pienso, que la vida ha sido buena. Que la danza es noble y nos contiene. Que nos forma, nos da forma. Que hemos tenido tiempos buenos, tiempos malos, pero siempre tiempos de danza. Que la vida es tiempo que pasa. Y que definir todo esto por separado es mentirse o darle de comer a los malos espíritus que asechan con hambre. Que como todo lo que crece se transforma. Que en las peores circunstancias, esas que obedecen sobre todo a mi carácter, es decir incluso a pesar de mi, siempre hemos podido.
Siempre hemos sido auténticos.
fotografía: David Grajales

Hemos sido transformación y lo celebro, porque nos ha traído fortaleza para lo que ha de venir. Acepta estas palabras, dichas en nombre de los que se han alimentado de tus querencias y celebremos juntos, este nosotros de salones de danza y hogares.

Voy a permitirme primeramente, porque nos hablo, para ti y los amigos, elevar en mi mano una copa imaginaria para brindar por tus logros, que es como decir nuestros. Sin ánimo de robar protagonismo, sino como para no sentirnos solos. Este, tu premio imaginado, no es sólo por tu danza que es hermosa, sino que va también por la vida y el amor compartido.

fotografía: David Grajales

El tiempo nos ha regalado la posibilidad de construir distintas cosas. 

Una casa, una hija, la danza, gente nuestra, ideas, valoraciones y cosas. Algunas más tangibles que otras, pero todas reales. Los objetos tienen un valor de uso y uno de cambio dicen. Las personas no. Y las ideas, por otro lado, las maneras de relacionarnos con las gentes y los entes son otra cosa, porque se vuelven verdades, transforman nuestro entorno. Y aunque a veces nuestras verdades no coinciden, brindo por esa gran posibilidad en que te has convertido. Por cada opción que has tenido a bien elegir. Este jurado imaginario piensa que si la vida ha sido buena, y ya sabes que para mí, danza y vida son lo mismo, entonces la deliberación se hizo cuando llegaste. Igual ya sabes, no soy en absoluto un jurado imparcial.

Cuando se decidió por la vida que hemos hecho, nunca se pensó en la duración del recorrido, porque lo importante era danzarla. Y por eso este premio. Que debería tener más cuerpo, más sustancia. Pero es así, imaginario, de manera que podrás tú darle forma, tamaño y alcance. Estuve consultando mis archivos y sorpresivamente he descubierto que has tenido rol principal en casi todas las obras de un señor desconocido. Más que ninguna otra. Eso es mucho tiempo, mucha dedicación. Si se tuviese que pensar en algo coherente en sus obras, ejercicio estéril por demás, habría que pensar en ti.

fotografía: David Grajales
Ahora, lo que nos ocupa,

¿Cómo valuamos la vida, cómo la tazamos?

Algún distraído podría pensar que llevo mucho rato con el brazo levantado, con mi copa imaginaria. Pero este momento, en que decido qué agradecer, qué celebrar, sí, soy redundante: pienso en la danza, que es como decir vida. Será que hace falta que alguien nos llame y certifique. Algún panel calificado en premios imaginarios, con copas imaginarias. Si lo hay, a ver, ¿qué tiene adentro la copa? ¿Adónde se fue luego, cuando no lo vimos más?

Sin embargo, no creo que exista alguien más calificado para hacer este reconocimiento. Existen otros renglones, pero para esos si no sé.

No me siento apto.

fotografía: David Grajales
Miro tu cara y pienso que la vida ha sido buena. Contigo, conmigo, con los nuestros. Que ha sido una vida llena de danza y amor. A veces dura, a veces dulce. Que se ha transformado como todo lo que crece y que finalmente nos llevará a donde tenga que ir tanto esfuerzo. Por ahora me dedico a guardar silencio y a trabajar, a dejar que ocurra lo acontecible. Eso que puede pasar cuando se vive. Otra cosa es acabar, arrastrado por la corriente. Llevado por el rio, muerto en vida. Sin la esperanza de alguna orilla que nos contenga, nos cobije. Así sea por un tiempo imprevisible, insondable. Pero si llegara a pasar, si hallamos un remanso. Coloquemos un mantel, sirvamos la comida y así podré elevar de nuevo mi copa imaginaria. Como ahora, que es ayer. En este papel imaginario. Tiempo imaginario para mirar tu cara, serenamente. Para celebrarte y pensar que la vida ha sido buena, porque hemos sido, el tiempo que tuvo que ser.

Rafael Nieves

No hay comentarios:

Publicar un comentario