I. Nuestro
año ha comenzado de la manera más estrepitosa posible. El vértigo producido por
las incertidumbres venideras nos ha colocado en estado de alerta extrema. Aún
así, se puede sentir como todos nos esforzamos por mantenernos conectados con
la vida. Persistiendo en la libertad de pensarnos de manera distinta. Buscando
formas de librarnos de tanta incomprensión, tanto absurdo. Por eso es que se me
ha ocurrido invitarte a este pequeño juego.
Si bien es cierto que
existen muchos mitos en torno al uso de las cartas como oráculo, en mi caso he
decidido decantarme por un sistema de interpretación más cercano a lo lúdico.
Las cartas vistas como una herramienta para acercarme a los otros y a mí mismo,
desde una comprensión más intuitiva del mundo. Aunque mi búsqueda es
relativamente reciente, he podido percibir como progresivamente sus formas, sus
colores y sus números, han ido cediendo (a partir de este acercamiento más creativo
que adivinatorio), un espacio para la interpretación, donde lo simbólico ha
comenzado a manifestarse como a través de una malla de ensueño. Otorgarle un
valor mayor que el de deshojar una margarita, equivaldría por mi parte a
traicionar el espíritu de encantamiento que me llevó hasta ellas. Porque para
cosas serias, comprometidas e incluso ajenas, me parece que tengo espacios de
sobra. Mi apego se encuentra más cercano a lo referido por Jung en el prólogo
del Libro de las mutaciones, cuando observa
que "La cuestión que interesa parece ser la configuración formada por los
hechos casuales en el momento de la observación, y de ningún modo las razones
hipotéticas que aparentemente justifican la coincidencia." Razón por la
cual su atractivo es más fácil de percibir estando en presencia de los naipes,
o cuando se les distribuye en el paño, o cuando nos detenemos con el
pensamiento en algo o alguien mientras barajamos las cartas. De manera que,
aunque no me lo pediste, voy a echarte las cartas. Te pido por favor que te permitas
un momento, que abras tu mente y que disfrutes del juego. Aunque si esto no llegase
a pasar en un primer momento, no debes sentir angustia ni disgusto. Es del todo
normal tomando en cuenta quienes somos, cual es nuestra historia. Jung dice,
"Únicamente nosotros (los occidentales) nos sentimos perplejos, porque
tropezamos una y otra vez con nuestro prejuicio, o sea con la noción de causalidad.
La antigua sabiduría de Oriente pone el acento sobre el hecho de que el
individuo inteligente entienda sus propios pensamientos, pero no le preocupa en
lo más mínimo la forma en que lo hace. Cuanto menos piense uno en la teoría del
Yi Ching, mejor dormirá." Así que, sin importar en qué creas, espero que
lo disfrutes.
II.
Necesito comenzar por explicarte que aunque he estado estudiando profusamente
lo que podríamos considerar como el lenguaje del Tarot de Marsella, he decidido hacer esta lectura basado en los
naipes de la Baraja Española. Por un
lado esto se debe a que de cierta forma no tan exacta pero muy cercana, sus
tarjetas se corresponden a los llamados Arcanos Menores del Tarot. Mi acercamiento a ellos se encuentra íntimamente relacionado con su carácter numérico
y la identificación de los palos con los elementos naturales y en cierta medida
con las funciones de la psique dentro de
la teoría de Psicología Analítica. Pero ya Jung nos explicó que si queríamos consultar
nuestro oráculo y dormir tranquilos, esto no nos debería importar tanto, ¿verdad?
Como nota curiosa la palabra Arcano está definida como "algo que es
difícil de conocer o secreto", lo cual nos pone de plano ante una
categoría que se resuelve en términos de tensión entre lo conocido y lo oculto.
El hecho es que con nuestras cuarenta cartas, las mismas con las que aprendimos
a jugar truco, ajiley y solitario, intentaremos acercarnos a algo que no
conocemos. Esa es la otra razón por la cual usaremos la Baraja Española, reencontrarme con ellas ha sido un viaje de
regreso a la familia y al hogar de la infancia. A momentos de diversión con
primos, tíos, abuelos y amigos. A mi renuencia a usar dinero para apostar, y al
culto casi fetichista por ese único objeto de diversión posible, en tiempos de
montaña y olor a monte.
Te cuento que para nuestra
tirada de hoy, he dividido el paño donde extiendo las cartas, en cinco zonas
imaginarias de interés para la lectura. A mano izquierda se encuentra la
primera zona, en la cual están las cartas referidas al momento actual. En el centro
o segunda zona aparecen las cartas concernientes a los deseos o ambiciones.
Arriba de éstas, está la tercera zona con las cartas que hablan a favor de los
deseos. Abajo del centro, la cuarta zona contiene las cartas que hablan de las
dificultades para lograr estos deseos. Finalmente a mano derecha está la quinta
zona, desde la cual las cartas van a dar sus consejos. Normalmente, a solicitud
del consultante suelo colocar cartas extras en aquellas zonas donde haya dudas.
En este caso y debido a la manera Sui generis en que establecemos nuestro
juego, me he permitido solamente colocar cartas extras en la zona de los
consejos. A esta forma de distribuir los naipes la llamo Tirada general y nos va a ser de mucha utilidad porque no hemos
hecho ninguna pregunta, y podremos dar un enfoque más amplio de cada punto, en
espera de que seas tú quien le encuentre un sentido particular a la lectura.
III. Este
relato lo vamos a efectuar de izquierda a derecha como cuando leemos un libro.
Pero algunas veces, si una combinación distinta de las cartas nos permite
estructurar nuestra historia de manera más fluida, o nos ayuda a engranar mejor
el conjunto, nos podemos saltar esa regla. Por cierto que eso es lo que
intentaremos, crear juntos un cuento que transite por las cinco etapas que ya
enunciamos.
Primera
zona
Esta zona como ya te indiqué,
se encuentra a mano izquierda y en ella están las cartas que nos hablan del
presente, es decir del lugar donde te encuentras hoy en relación a los aspectos
que vamos a tratar. En ese sitio aparecen en este orden el cuatro de espadas, el
cinco de copas y el tres de espadas.
Tu primera carta de toda la
tirada es muy significativa porque representa la forma en que iniciamos tu
cuento. En este caso el cuatro de espadas en esta zona nos habla de un
equilibrio en cuanto a tu actual forma de pensar. O también cierta armonía en
tus pensamientos. El cuatro representa una forma sólida, equilibrada, trata de
pensar en cómo se complementan las cuatro estaciones o los puntos cardinales o
si quieres algo más simple las patas de una mesa. La espada representa los
pensamientos. En cambio el cinco representa un punto de vista diferente, la aparición
de una unidad extra que rompe el equilibrio y propone una opción distinta. Una
quinta pata, incómoda, pero que se hace preguntas y busca opciones. Las copas
están referidas a los sentimientos o a las emociones en general. El tres de
espadas vendría a ser el estado previo al equilibrio. Ese momento anterior en que
nace como una explosión vital, lo que se estaba gestando en estado de incubación.
Es posiblemente la primera expresión tangible de una forma de pensar o una idea
a la que le falta pulirse. Resumiendo esta zona podríamos decir que tienes
algunas ideas muy claras que son las que te ayudan a mantener un equilibrio
racional mientras tal vez, estás en la búsqueda o a la expectativa de nuevas
emociones, posiblemente producto de una idea que aún no tienes clara o a la
cual le estás dando forma. Como nota sugestiva, la relación que hay entre unas
ideas muy sólidas y algunas que todavía necesitan madurar o que se manifiestan
con una fuerza explosiva.
Segunda
zona
Esta es la zona central.
Aquí vemos representados los deseos y aspiraciones. En este caso está
conformado por el caballero de espadas, el rey de oros y el rey de espadas.
Lo más interesante que se
nos presenta a simple vista es nuevamente la nutrida presencia de naipes de
espada. Como si el pensamiento o las ideas tuviesen prioridad tanto en el lugar
donde te encuentras ahora y como en lo que te planteas lograr a futuro. De
hecho resulta muy coherente y definitorio que teniendo un equilibrio de
pensamiento y el surgimiento de nuevas ideas, esté dentro de tus planes o
sueños la posibilidad de ir al mundo con ellos. Obtener cierta posibilidad de
trascendencia, incluso superarlos y transformarlos en una forma fluida de
conectarte con los otros. El caballero en este caso representa la posibilidad
de transitar, de ser algo más. Y al ser de espadas este cambio, podría
significar la opción de desprenderte de lo aprendido una vez que has llegado a
lo que consideras el límite de tu interés en ese aspecto. Como si ya las ideas
por sí mismas no fuesen lo suficientemente satisfactorias y en correspondencia
con el ciclo natural de los palos del naipe, pudieras por ejemplo ir en busca
de la unidad de las emociones, de esa potencialidad expresada en sentimientos.
Por otro lado el rey de oros nos habla del deseo de disfrute de lo material o
tal vez de las sensaciones y el cuerpo. Porque acá el rey no necesariamente
significa ejercicio del poder sino más bien disfrute de una posición alcanzada.
Igualmente que el rey de espadas estaría referido a dicho disfrute en el plano
de las ideas. Resumiendo se podría pensar en un deseo de ir al mundo, de experimentar
una transformación desde lo racional que posiblemente ya se sublima y da el
paso hacia los sentimientos, al mismo tiempo que existe el deseo de goce pleno
del cuerpo, quizás visto como capacidad o salud y también el anhelo de
disfrutar con holgura de todo lo que has aprendido o de esas ideas que has
conseguido concretar.
Tercera
zona
La tercera zona la
encontramos justo en la parte superior al centro y está relacionada con los factores
a favor del logro de los deseos. En este caso está conformada por el cuatro de
bastos, dos de oros y la sota de copas.
La primera carta de bastos
aparece para ti aportando a favor del logro de tus objetivos o deseos. Como ya
vimos antes el cuatro es equilibrio y armonía, en este caso asociados al
aspecto creativo, intuitivo o sexual. Podría interpretarse como que la
moderación en el aspecto creativo ayuda a lograr ese disfrute del cual hablamos
en la zona de los deseos. A este se le suma el dos de oros. El dos es el estado
previo a la explosión vital representada por el número tres y podríamos
asemejarlo a ese estado de acumulación donde una semilla almacena energía
proveniente de la tierra, del agua y del sol. Es un estado previo al
nacimiento, un estado de gestación y aprendizaje, en este caso asociado a una
capacidad material, física o sensorial. Podría pensarse también en un momento
en que las necesidades se encuentran cubiertas gracias al recogimiento o al
ahorro. La sota de copas habla de una tensión entre la acumulación y la
explosión vital en el aspecto emocional. Tal vez, una duda. De alguna manera
transitar entre guardarte y explotar sentimentalmente se hace favorable para
lograr ese disfrute material e intelectual que está entre tus deseos. En
resumen te podría aportar al logro de tus metas mantener un equilibrio
intuitivo en lo creativo o sexual, mantener tus necesidades cubiertas o en un
estado previo acumulativo y mantener viva cierta duda sobre tus
sentimientos.
Cuarta
zona
En la zona de abajo se
encuentran las cartas que nos hablan de los obstáculos que te podrían impedir
el logro de tus deseos. Aquí podemos ver la sota de espadas, el seis de espadas
y el rey de bastos.
Contrariamente a lo que
podría interpretarse en un primer momento, las cartas que se encuentran en esta
área no representan necesariamente, un aspecto malicioso o maligno. Al
contrario a mí me gusta pensarlas como ciertos aspectos e incluso logros de
nosotros mismos, que nos impiden desarrollar enteramente lo que deseamos. Desde
esta perspectiva, me parecería incluso más sano en algunos casos, permitirse la
posibilidad de cuestionarse la prioridad o coherencia que tienen nuestros
deseos, en función de la valoración de lo ya logrado. Primero que nada en esta
tirada nos volvemos a encontrar con una acumulación de espadas. Lo cual resulta
muy significativo si comprendemos que muchas veces son algunas ideas instaladas
en nosotros las que nos inhiben de acceder a otras formas de organización de
pensamiento o a puntos de vista diversos. En el caso de la sota al representar
la tensión entre el deseo de acumular y de estallar energéticamente, nos dice
que algunas ideas pueden que te hagan dudar y apareciendo en la zona de los obstáculos
podríamos concluir que esta duda, particularmente, no es beneficiosa para el
disfrute y la expansión del pensamiento que deseas. El seis número de la
belleza y la plenitud, del encuentro con uno mismo y con nuestro gemelo, habla posiblemente
de un envanecimiento intelectual. Una forma de pensar que nos gusta tanto, que
nos impide un cambio o disfrute real, que está conectado indefectiblemente con
acciones concretas en el mundo más que con una visión hedonista. El rey de
bastos destaca por su vigor y nos dice que quizás cierto estado de plenitud y
disfrute en el accionar creativo, tal vez una excesiva dependencia de tus
deseos o intuiciones, tampoco juegan a favor en este caso concreto. En resumen
la duda sobre algunas ideas concretas, algunas ideas que disfrutas mucho y tal
vez una exacerbada plenitud creativa o sexual, podrían jugarte en contra del
logro de las metas aquí planteadas.
Quinta
zona
Está zona la encontramos a
mano derecha y está compuesta por tres cartas de la tirada inicial y su
complemento de tres naipes extras, representando el área de los consejos o
exhortaciones. La base está compuesta por el As de oros, el seis de oros, el
seis de copas y las complementarias leídas en sentido descendente son el
caballero de bastos, el siete de oros y el seis de bastos.
Las cartas en esta zona
pueden interpretarse como una respuesta directa a las cartas de la zona de los
deseos (Tercera zona) o también podría tomarse como una orientación general
referida a los distintos aspectos que fueron apareciendo a lo largo de nuestra
lectura. Comenzando por el As de oros, habla de la potencialidad material. El
As como representación de la unidad, contiene en sí a todo el resto de la
escala numérica y por ende las cualidades de su palo respectivo. De tal manera
que al interpretarlo podemos pensarlo tanto como el punto de partida, como la
presencia de todos los aspectos de su pinta, pero en estado potencial. La
imagen más elemental es la de la semilla, de la cual va a nacer el árbol, que
tendrá hojas, y dará flores, de las cuales nacerán los frutos, que nos
regalarán nuevas semillas, que nuevamente será árbol, y así hasta el infinito.
En este caso las cartas aconsejan encontrar o apropiarse de esa semilla que en
lo material nos permitirá dar. Porque además del sentido progresivo contenido
en la lectura de las cartas, y su enfoque positivo desde la perspectiva de la
búsqueda de autoconciencia, las cartas nos hablan de compartir el logro. La
abundancia aquí no es tal si no es también para los otros. Lo significativo de ese As de oros
como primera carta dentro de las exhortaciones, es que te anima a conseguir la
semilla de la abundancia y el compartir. El seis de oros es la plenitud y el
disfrute de ese estado material o sensorial, podría ser un cuerpo pleno, con
mucha salud o recursos y el seis de copa te invita a que disfrutes de tus
emociones. Que valores la posibilidad que te brinda la belleza de un
sentimiento pleno. Como complemento el caballero de bastos te recomienda que si
vas a salir al mundo, si vas a conquistar o a transformar tu entorno lo hagas
creativamente, confiando en tu intuición. El siete es el número de las acciones
concretas, de la resonancia, de los logros tangibles y en este caso si se lee
en conexión con el resto de las exhortaciones, este naipe de oro simboliza que
ese disfrute de lo material o sensorial impacte de manera concreta en tu
entorno. Para terminar esta historia tuya de hoy, tenemos el seis de bastos,
que visto por sí mismo representa la belleza de la creación o la plenitud
intuitiva, o sexual. Y en lo que a mí concierne es una invitación plena al
disfrute de tus zonas menos evidentes, más íntimas, una exhortación a que te
permitas encontrarte creativamente contigo o muy posiblemente con algún otro
que le sirva de espejo a eso tuyo que aún no conoces del todo.
IV. Decía
al principio, que nuestro año ha comenzado de la manera más estrepitosa. Hablaba
de cierto estado de incertidumbre. Nos sabemos sumergidos, hundidos casi hasta
el fondo. Pero entonces ahí es donde pienso que ahora, en este momento,
cualquiera podría dar fe. Cualquiera, como el maestro Palomares, podría decir: "Yo
vi qué come el río y vi su mesa / y tenía platos como guayabas podridas y
ganado muerto y casas / y todas las siembras que se llevó / y un hilo verde,
muy verde, como un ángel." Cualquiera de nosotros podría ser testigo.
Rafael Nieves