lunes, 5 de marzo de 2018

Algunas imprecisiones sobre la danza



He intentando discernir muy remotamente, casi con vergüenza, sobre nuestra incapacidad/capacidad para hacer teoría sobre el cuerpo en movimiento, o cumplir de manera más o menos acertada cierta función intelectual dentro del campo de la danza. Igualmente me he permitido ir estableciendo algunas consideraciones, muy libres, acerca de mi experiencia particular en el área. Téngase en cuenta que bajo ninguna circunstancia he pretendido establecer normas ni generalizar tanto como no sea, dentro de mi propio cuerpo y a partir de mi propia obra. Casi siempre desde la premisa de tributarme a mí mismo una suerte de comprensión primaria acerca de lo que ha sido mi práctica, que por demás ha ido nutriéndose de tales ejercicios imaginativos. Y he terminado por generar más obra. Este mecanismo opera básicamente por reacción. Como mecanismo de defensa. En el sentido concreto de mi práctica, el asociarme a instancias académicas (nunca administrativas), ha resultado en un ejercicio constante de supervivencia de los valores más básicos de la experiencia creadora. La racionalidad y el empeño avasallante de la instrumentalización del saber ha sido una sombra enorme, la cual hemos tenido que identificar progresivamente e ir buscándole sitio, para poder luego permitirnos revalorar nuestra experiencia y a los efectos, las maneras distintas en que se dan los diversos procesos de comprensión de nuestras prácticas como creadores asociados a las capacidades expresivas del cuerpo. Si de alguna forma, así sea remota, esta experiencia nuestra puede servir de faro para alguien interesado en dichos procesos, sea bienvenido. Si por el contrario este tipo de iniciativas le resultan innecesarias debido a la preponderancia de la práctica por sobre cualquier otra posibilidad, espero que al menos se permita disfrutar del tono en que están descritas. Pero eso sí, no pierda de vista que quizás cerca de usted hay alguien tomando nota. Alguien que muy posiblemente no haya podido acceder de primera mano a la experiencia directa de la danza, y se atribuirá la facultad para describirlo, para retratar su hacer e incluso tomar algunas decisiones, y con eso tendrá que conformarse.

Por mi parte, en este momento deseo limitarme a enumerar una serie de cuestiones sobre las cuales me es posible sustentar un acercamiento a mi propia práctica. Una lista para ver si algún día me entiendo.

1.    Sobre la dificultad para definir con exactitud la danza.
La necesidad de escapar del ámbito netamente racional en función de incorporar a la definición de cuerpo y expresión, dimensiones de comprensión relacionadas con el campo de las sensaciones, emociones e intuiciones.

2.  Sobre una posible definición de la danza partiendo de la descripción de una práctica concreta.
La importancia de la danza como espacio de vínculo del cuerpo con otras funcionalidades no utilitarias. La expresión como necesidad. Niveles distintos de relación con el otro y valoración expresiva de lo otro cotidiano.

3.    Sobre cuáles son las formas en que la danza puede decirse a sí misma.
La importancia de que las propuesta y discursos de la danza, le permitan expresarse con sus propias cualidades significantes. Las prácticas de la danza en sí mismas como su propia forma de asociarse con en el otro en niveles distintos de empatía y comprensión. La danza como una alegoría de sí misma. El habla del cuerpo y su decantación en lenguaje emotivo y sensorial.

4.    Sobre el trabajo de contacto como una forma específica de danza.
El contacto como forma concreta de realización del cuerpo y su conexión con lo otro desde lo sensible. La valoración del entorno como parte de la realización de la danza en cuanto a manifestación concreta.

5.    Sobre las formas de contacto.
El contacto cotidiano y las formas primarias de expresión del cuerpo como punto de partida para la danza. El cuerpo en movimiento desde el acto de percibir el mundo a través de la piel. La observación del cuerpo y la percepción general a través de los sentidos. La piel como órgano creador de realidad. La realidad sensible e imaginación.

6.    Sobre las especificidad de nuestra condición para estar sensiblemente en el mundo.
Los resultados posibles de las búsquedas que se dan desde el cuerpo en contacto. Hacia la develación de lo que somos según nuestra forma de tocar. El cuerpo tocado, y su capacidad para resonar y hacer obra. La obra de danza como discurso trascendente del cuerpo en contacto con la totalidad de las cosas.

La verdad es que hacer esta lista me ha dejado en estado de agotamiento extremo. Más que ayudarme a organizar una comprensión de mi danza, siento haber realizado una lista de deseos. No imagino el tiempo y el esfuerzo que puede llevarme definir todas esas cosas. Mejor será transcribirla en una hoja en blanco y pegarle candela con la llama de una vela. Esparcir sus cenizas desde la ventana, procurando no espantar a los pájaros. Quizás así se cumplan o se me ocurra algo mejor que hacer mientras no estoy bailando.

Rafael Nieves


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