jueves, 16 de noviembre de 2017

HACIA UNA DANZA PROPIA 3/10


Cuerpos marginales

Hacia la definición de un individuo de danza fuera de centro. La interpretación como oficio. ¿Qué  somos?

Al referirnos a cuerpos marginales queremos significar un conjunto de formas de entendimiento de lo corporal expresivo, que se manifiestan a través de la existencia de intérpretes/creadores de Danza Contemporánea, que poseen un enfoque de formación, entrenamiento y/o búsquedas expresivas no consideradas en su totalidad como parte de los centros de formación y creación formal/tradicionales o hacen vida en estos de manera parcial, bien por no tener el perfil determinado para participar de estas estructuras o bien por haber decidido habitar la periferia como forma de construcción estética/organizativa.

Nuestro país fue por muchos años receptor de una cantidad bastante considerable de información en torno a procesos de formación y creación en el área de la Danza Contemporánea. Al punto de ser referencia regional en el desarrollo de discursos en esta forma específica de expresión. En nuestro medio conviven muchos y distintos estilos de creación, así como enfoques para la formación y entrenamiento de los intérpretes en Danza Contemporánea. Con los años estos enfoques y estilos se han ido afianzando y estableciendo distintos espacios de influencia. Al mismo tiempo nuevas generaciones de creadores han encontrado caminos propios para expresarse a través del cuerpo. En algunos casos, estas búsquedas se han desarrollado a plenitud al margen de los centros académico/administrativos y exponen una diversidad que se ha nutrido de todas las tendencias presentes en el país de acuerdo a sus intereses particulares y desarrollando nuevas visiones para la formación, organización y creación de la Danza Contemporánea.

En cuanto a lo académico/institucional, hemos sido testigo de la gestación de un modelo de formación universitaria en esta área. La elaboración de los programas y su aplicación, reflejan las distintas visiones que el desarrollo de la danza ha dejado en el país. Sin embargo, la forma en que se ha implementado la formación de intérpretes a nivel universitario y el perfil de las instituciones del estado para el ejercicio del oficio, han ido dejando progresivamente de lado las construcciones menos cercanas a lo formal/tradicional. En la medida que se ha necesitado construir una estructura institucional/administrativa más sólida, la experimentación y búsquedas se han visto relegadas a los esfuerzos individuales de los docentes y creadores.

También es de resaltar que las estructuras con formato tradicional de compañías de Danza Contemporánea independientes han mermado en la medida que se ha ido desvaneciendo el apoyo institucional y no han sido capaces de encontrar nuevas formas de relacionarse con la realidad. Es así como han ido surgiendo alternativas para la formación, entrenamiento y búsquedas expresivas más acordes a las condiciones imperantes, y una corporalidad desarrollada más allá de los centros de formación y creación formal/tradicional ha ido haciéndose espacio en el quehacer de la danza en el país.

La marginalidad de los saberes corporales no producidos en los centros de formación formal/tradicionales, se refiere a que muchos de los saberes que se han incorporado en el campo de la interpretación a los estudios formales, han sido gestados desde la periferia, espacio desde el cual han encontrado reconocimiento, desde la libertad del individuo fuera de centro.

Por muchos años la posibilidad de renovación en los discursos creadores en Danza Contemporánea, estuvo enfocada en lo que llegaba de afuera y su incorporación en las agrupaciones de danza o coreógrafos independientes, que nutrían sus búsquedas con estos conocimientos. Esto otorgaba cierta coherencia a las formas de asociación para la creación en danza que se definían por unos estilos delimitados por estos saberes. En la actualidad y con el cese del flujo de maestros se ha ido amalgamando un hacer desde la investigación y se ha profundizado en otras direcciones. Y lo que es más importante, algunas de las herramientas y conceptos que han llegado al país en distintos momentos, han sido redimensionadas para el funcionamiento de la danza que tenemos.

Uno de los puntos claves para la comprensión de este fenómeno, es el entendimiento de la interpretación como oficio. Si bien esta es una premisa que ha sido enunciada desde siempre, teniendo en cuenta que la danza como forma de expresión es el cuerpo del bailarín ante todo, también es cierto que esa figura se ha redimensionado a partir del hacer. El concepto de bailarín de Danza Contemporánea que no hacía nada más que moverse según las instrucciones de otro, ha ido necesariamente ganando matices, donde otras destrezas escénicas no sólo las físicas son valorables, re-contextualizándolo, comprometiendo al individuo con otras posibilidades y destrezas. Las capacidades físicas se han ido diversificando. La incorporación de distintas movilidades ha hecho que el intérprete no sólo explore otras técnicas de Danza Contemporánea, sino que también se ha hecho común el uso de otras prácticas físicas como complemento de su entrenamiento y formación. El ejercer otros roles aparte de bailar, tales como dirigir, coreografiar, producir, diseñar luces o vestuario, etc. En la mayoría de los casos estos son aportes generados en la periferia, donde los intérpretes se ven enfrentados de manera más directa con sus necesidades y aprenden a habitar la danza como totalidad. Llevar adelante la labor con unos recursos limitados, si bien ha generado una notable disminución del ejercicio independiente de la Danza Contemporánea, también ha potenciado el desarrollo de las capacidades del intérprete como creador.

Por mucho tiempo se estuvo construyendo una posibilidad de danza desde la periferia. Muchos grupos e individualidades se entregaron a la creación en condiciones que no eran las más adecuadas en relación a lo que se sabía que había. Pero es así como han ido tomando forma enfoques del cuerpo que han permitido continuar la labor y hoy asumen la responsabilidad de los discursos danzados. El haberse reconocido fuera del espacio central de toma de decisiones, en muchos casos ha afianzado y fortalecido las visiones estéticas que hoy se manejan a través del reconocimiento, comprensión y aceptación de lo que somos. 

Rafael Nieves
HACIA UNA DANZA PROPIA
Reflexiones en torno a la danza y los saberes marginales


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