jueves, 23 de noviembre de 2017

HACIA UNA DANZA PROPIA 9/10


Trabajo de contacto, el cuerpo a través del otro

Desprendiendo la idea de contacto de la improvisación como concepto. Trabajo de contacto enfoques. Que cada quién se haga la suya.

Otro concepto importante para la valoración y que en muchas ocasiones actúa de manera complementaria a la improvisación, es el concepto de trabajo de contacto. En este concepto se puede englobar todas aquellas construcciones físicas que implican el contacto físico directo entre los intérpretes en danza. Generalmente podría pensarse en cargadas, suspensiones, abrazos, manipulaciones, aladas, arrastradas, etc. Interacciones concretas que van desde agarrar al otro, hasta el estímulo a través del roce.

Se asume junto a la improvisación como técnica, porque se asocia a una vertiente concreta desarrollada en los años 60-70 llamada Improvisación de Contacto. Pero este no es el único enfoque. Representa en sí todo un universo a desarrollar y donde se privilegia la interacción entre intérpretes para la construcción de discursos físicos.

En el contexto de la Danza Moderna el trabajo entre parejas, asemejó lo que tradicionalmente ha sido propuesto desde la Danza Clásica como manifestación. La conformación de figuras y composiciones determina el uso de elementos por ejemplo como las cargadas. Por una circunstancia de fuerza, la relación dada entre el hombre y la mujer determina los roles, donde el hombre ejerce de base para sostener a la mujer casi siempre por encima de su cabeza y en una postura expresiva determinada. Así se maneja en el Ballet y con sus pequeñas variaciones se usa en la conocida Danza Moderna. Debemos recordar que el Ballet está pensado para ser ejecutado en grandes teatros y la distancia con el espectador amerita según esta visión particular, un mayor alcance de todas las expresiones que se manifiestan en la escena.

Con la Danza Contemporánea asistimos a la elaboración de obras con un carácter más íntimo, lo que implica teatros más pequeños e incluso el público muy cerca de los intérpretes. Esto de una u otra forma ayuda a relajar esta tensión con la necesidad de proyectar infinitamente el gesto. Por el contrario, la búsqueda de cierta veracidad también colabora. Por otro lado, la Danza Clásica está pensada para hacerse en puntas o media punta, en fin, es una danza que se realiza de pie. La Danza Contemporánea hace uso del piso y otros niveles de expresión para el cuerpo, lo que ha ocasionado que los creadores exploren las posibilidades de otro tipo de cargadas que responda a estos niveles. Acostados, agachados, en cuadrupedia, etc.

Con la aparición de la Improvisación de Contacto el rango de búsqueda de los creadores se amplía y se enfoca directamente en las relaciones a través del contacto. El contacto asociado al acto de improvisar se presenta como un juego de intercambio para elaborar a partir de la percepción del peso del otro y la búsqueda del centro. Cuando esta herramienta comienza a ser utilizada para "sacar material", aparecen entonces otras formas para enfocar las construcciones que se venían haciendo en la Danza Contemporánea, valorando principios que obedecen a esta percepción del eje y el intercambio de peso. Al ser una herramienta exploratoria, los roles varían constantemente. Ya no es uno sólo el que prueba a ponerse en equilibrio sobre el otro. El concepto de cargada no desaparece, pero adquiere matices como las suspensiones, equilibrios, manipulaciones y en general todas las posibilidades que brinda la creatividad y capacidad de búsqueda de los intérpretes.

Existe además un enfoque relacionado con la improvisación y el trabajo de contacto que surge de los estudios realizados y sistematizados por David Zambrano. Estas herramientas y conceptos asociados son conocidos como "Pasar a través" (Passing Through). Por sintetizarlo de alguna manera, esta técnica está pensada para desarrollar la sensibilidad del intérprete a partir de contacto, reciclando los estímulos concretos con la finalidad de abrir posibilidades de movimiento desde la percepción del entorno en general y de los otros intérpretes en lo específico.

Con este enfoque se valoriza el gesto del intérprete en función de la expresión, con el fin de lograr una capacidad perceptiva que le permita danzar en armonía con su entorno. David lo llama Danzar en Red y plantea que el intérprete hace parte de un todo que se expresa a través de él y que por medio del desarrollo de un estado de atención el improvisador puede nutrir constantemente su accionar. Esta herramienta ha sido redimensionada desde nuestra labor docente e interpretativa, y nos ha permitido establecer vínculos creadores en grupos sumamente heterogéneos. El uso complementario de estas técnicas es manejado por algunos creadores en la periferia para generar danza en distintos niveles y lograr promover su trabajo en espacios disímiles. Por su parte el maestro David Zambrano ha sido muy reservado con el uso que se le da a su trabajo, por esa razón nosotros decidimos que la mejor forma de implementarla es asumirla como parte del contexto donde nos desenvolvemos y esta información progresivamente se ha ido amalgamando y generando una visión que pensamos particularmente se corresponde con nuestras realidades. Hasta el momento desconocemos si ha documentado formalmente su sistematización, pero hace doce años en el metro de Bruselas al preguntarle si quería hacerlo, pensando en la posibilidad de multiplicar el alcance de su técnica, nos respondió que no, que cuando se muriera se la iba a llevar consigo y cerró diciendo: "¡Que cada quien se haga la suya!"
Rafael Nieves
HACIA UNA DANZA PROPIA
Reflexiones en torno a la danza y los saberes marginales


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