Destrezas marginales
Otras posibilidades de
especialización del cuerpo. Sobre la técnica en danza. Sacar material. Formación,
entrenamiento y búsquedas corporales como un todo.
La
danza habita en el cuerpo y las capacidades expresivas de los individuos, pero
existe una serie de experiencias que lo hacen un especialista del oficio. Esta
es la sustancia de la que trata la técnica. Entender que la técnica va a
desarrollarse en función del oficio es fundamental para comprender todo el
cúmulo de saberes desarrollados desde la periferia, con el fin de proponer las visiones
alternativas necesarias para el ejercicio de la interpretación, y así evitar la
dependencia exclusiva, de estructuras formativas que se limitan a forzar el
cuerpo en una dirección determinada, como opción única. De ahí la importancia
de que cada proceso de formación y entrenamiento responda a un enfoque
particular, que se origine de una propuesta y una visión de mundo. De lo
contrario quedaríamos atrapados en una estructura que respondería a una
expresión totalizadora, lo cual inhibiría el desarrollo múltiple de los
discursos. Siendo así, el vehículo a través del cual se expresa el cuerpo quedaría
conformado por una materia uniforme, inflexible y con pocas posibilidades de
desarrollo. De ahí la necesidad de reconocer las infinitas formas sobre
las cuales se sustentan los procesos formativos de entrenamiento y creación
asociados a la Danza Contemporánea.
Al
inicio fue así. Y este problema, aunque parezca abrumador, es el origen de la
expresión contemporánea en la danza. Que la Danza Contemporánea no es una, sino
muchas. Casi tantas como creadores y responde a una necesidad de expresión
particular. Que la técnica no puede estar disociada de la creación y que
contiene un alto componente emocional. Si la técnica será mi forma de encuentro
con el cuerpo para la danza y si la danza es en el cuerpo como un todo, ¿cómo
no voy sentir empatía o rechazo por tal o cual enfoque técnico?
Las
destrezas de un intérprete formado en la periferia se potencian a partir del uso
dinámico y flexible que debe hacer de las herramientas adquiridas, lo que le
permitirá ejercer en el campo de la danza, vivir en la danza, desde una posible
toma de decisiones en cuanto al enfoque de su formación y entrenamiento.
Visto
así, las técnicas deberían ser herramientas capaces de acercarnos al disfrute
del cuerpo y a su posibilidad como un todo especializado para la expresión. Por
un lado, apto para entender nuestras capacidades y por otro capaz de acortar la
distancia con nuestro objetivo de ser en la danza. Un instrumento para nuestro
empoderamiento como creadores.
Existe
además un conjunto de tradiciones corporales inherentes al ejercicio de la
Danza Contemporánea, que son esenciales, como lo es la relación permanente con
nuestras capacidades a partir del entrenamiento. Estas, van ligadas íntimamente
a la técnica como herramienta, ya que la misma delimita y expone las
posibilidades hacia donde se proyecta el desarrollo de las capacidades de los
intérpretes. Otro tanto pasa con la formación y la exploración creativa.
Entonces la técnica se nos presenta también como un "espacio de
acuerdo" entre los creadores/intérpretes y sus capacidades, como un
instrumento de mediación con sus realidades.
En
cuanto a la exploración creativa y los acuerdos tácitos, existe uno que
particularmente se ha ganado un espacio propio dentro de los procesos creativos
en danza. Este es lo que informalmente llamamos "sacar material".
Generalmente se refiere a la posibilidad que tienen los participantes de los
procesos de creación en danza para introducir información física dentro de las
obras. El uso de este recurso tiene una infinidad de enfoques, pero hay uno en
particular que podría ayudarnos a comprender su poder como herramienta. Me
refiero a la posibilidad de establecer al intérprete como creador, es decir
desde cierto punto de vista como coautor de las obras. Como es de esperarse
esto varía según la intensidad y alcance de los proyectos, pero en general es
una buena representación del tipo de herramientas-vínculos que contribuyen al
empoderamiento de los intérpretes con sus capacidades expresivas y el
desarrollo de sus destrezas.
Estas
destrezas, a medida que se desarrollan, van entretejiéndose como parte de una
forma de comprender y relacionarse con el mundo, que obedece al enfoque de la
formación del intérprete, es decir van siendo moldeadas desde la técnica.
Llevando por consiguiente a la inserción de éste en una categorización que
responde a formas estructuradas de entender los saberes del cuerpo y que casi
siempre revelan criterios discriminatorios jerarquizados. Como ejemplo de esto
tenemos lo que ocurre a todas voces en la relación entre lo tradicional, lo
contemporáneo y lo clásico dentro del ámbito académico.
En
el caso específico de las técnicas en la Danza Moderna y Contemporánea,
podríamos decir que en nuestro contexto dicha distinción se hace por un proceso
de comprensión histórica y no aporta mayor entendimiento a los procedimientos
desde el cuerpo específicamente y el hacer en la actualidad, donde el proceso
creador se permite echar mano de cualquier herramienta, sin distinción de
origen. El término Danza Moderna se usa generalmente para designar, por
ejemplo, el estudio técnico de la danza durante una época específica donde se
elaboraron sistemas de entrenamiento concretos, contentivos de secuencias
específicas de movimientos y cuyo estudio se aglutinó en torno a
individualidades que propiciaron su desarrollo particular. Actualmente, la mayor
parte de los bailarines entiende que su formación se da en el marco de una
concepción de cuerpo que exige disciplina, sistematización y que eso está
presente en cualquier enfoque formativo así sea autodidacta. Ese límite
histórico es tan relativamente cercano, que aún se puede acceder a ese
entramado de formas de manera directa, viajando a los centros de formación que
hacen parte del legado del que hablamos. Pero ese tipo de categorías no se
corresponde a nuestras necesidades, ni tampoco una ruptura posterior en el seno
de la Danza Contemporánea que se suele conocer como Nueva Danza o Danza
Posmoderna.
Nuestro
interés central es poner al relieve como esos saberes una vez legados al hacer
en nuestros contextos específicos, fueron resemántizados y legitimados desde
otra óptica, donde sirven como punto de partida para la elaboración de
estrategias inéditas de formación, creación u organización para la danza.
Desde
esa perspectiva no es tan importante, ni tan Moderno, ni tan Contemporáneo,
sino que habita un sitial específico ubicado desde la necesidad expresiva de,
llamémoslo así, una experiencia mestiza, una versión criolla de lo técnico, que
adquiere las características particulares de cada entorno donde se desarrolla.
Desde ese punto de vista, generalmente la relación con estas categorías
formales en lo referente a la técnica, no son más que ecos de una tradición poco
conocida, la versión de una versión.
En
cuanto a la Nueva Danza, concepto no tan nuevo en nuestro hacer, al igual que
lo Moderno y lo Contemporáneo, ha ofrendado nuevas estrategias y herramientas
para la construcción de la danza que ha habitado el margen y que se ha
permitido a su vez rebasar las formas asociadas a la creación y formación que
lograron imponerse durante largo tiempo en nombre de dicha tendencia. Ya nadie
se siente tan posmoderno, y lo que en un momento fue innovador, representa
ahora sólo una visión particular más dentro de las posibilidades que nos ofrece
el gran entramado de metodologías para el entendimiento del cuerpo y la expresión
en danza, siendo la calificación de Danza Contemporánea la que aún se usa en
casi todos los niveles y que nos ayuda a identificar una forma de expresión
siempre cambiante. Visto así, la necesidad de clasificación luce como una moda
o forma de deslegitimación de saberes.
Entre
las construcciones dancísticas existentes en el país, algunas se han destacado
dentro de las posibilidades para potenciar lo que somos. Cada creador se ha
posesionado de las herramientas habidas, haciendo el uso necesario de las
mismas. Es importante resaltar que, desde sus orígenes, la Danza Contemporánea
ha tenido como finalidad la libre expresión del cuerpo de los individuos y que lo
que ha variado ha sido la comprensión de esa libertad y las herramientas usadas
para su desarrollo. En otras palabras, las versiones criollas o mestizas de las
técnicas siguen teniendo el mismo objetivo que los fundadores iniciales de esta
posibilidad expresiva. Independientemente de la capacidad que cada creador haya
asignado a cada herramienta concreta y a que en muchos momentos esta libertad
haya sido confinada a una construcción específica sobre lo corporal.
Rafael Nieves
HACIA UNA DANZA PROPIA
Reflexiones en torno a la danza y los saberes marginales
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